«Muy poco se puede enseñar y aprender bien sino esta mediado por la emoción». Francisco Mora, Doctor en Medicina y Neurociencia
Las emociones están presentes en nuestro día a día y entenderlas es fundamental para desarrollar la Inteligencia Emocional. Hoy en día este concepto tiene más peso que el cociente intelectual. Tener una inteligencia emocional desarrollada implica poder conocernos, tomar decisiones, poner límites, ser flexibles … y esto hará que tengamos más éxito y vivamos más felices.
En cuanto al concepto del título, inidca que la emoción también es fundamental en la enseñanza y no se trata de fomentar las emociones en el aula, sino de enseñar con emoción, lo que quiere decir haciendo curioso lo que se enseña. La curiosidad despierta la atención en el que escucha y aprende de forma automática y con ello, es obvio, se aprende mejor.
En nuestro centro de Móstoles enseñamos Inteligencia Emocional desde la emoción ya que somos unas apasionadas de nuestro trabajo y hacemos los talleres dinámicos y divertidos para que aprendan de la mejor manera que se debe hacer, desde el juego y la curiosidad.